Descripción

El crecimiento personal, también llamado autorrealización, esta meta de las terapias humanistas.  Se trata e un proceso de individuación en el que la persona se interesa por su propia evolución. De forma más esquemática podemos afirmar que el crecimiento personal es la consideración del ser humano como un conjunto singular e irrepetible de potencialidades que pueden ir desarrollándose y cuya realización constituye una aspiración de todo ser humano.

Cuando Aristóteles usaba el término «entelequia» se refería al acabamiento del proceso de actualización de las potencialidades singulares de un individuo. Más tarde desde la psicología humanista Jung lo definió como «proceso de individuación» o «camino de individuación», entendido como un proceso de evolución de sí mismo hacia el logro de la totalidad de la personalidad. Considerando que la realización plena es un ideal inalcanzable, pero que como todo ideal, no es propiamente un objetivo, sino un indicador del camino.

Individuación se diferencia claramente de individualismo, estando el segundo relacionado con una actitud ególatra, mientras que la individuación se centra en buscar la propia particularidad. En un contexto de trabajo psicoterapéutico, lo que se pretende es que se produzca un ejercicio y desarrollo armonioso de todos los potenciales del psiquismo humano (cognitivos, emocionales, comportamentales, etc.), de lo que se trata es de que todos esos potenciales estén disponibles para que la persona pueda decidir actualizarlos o no.