La amistad

La amistad es una de las principales relaciones humanas. Sabemos que los grandes filósofos griegos ya la consideraban como un estado humano importante desde el punto de vista de la salud mental, afirmando Cicerón que la vida sin el adorno de la amistad no puede ser feliz. En la actualidad continúa siendo necesaria entre las personas, sin embargo, lamentablemente cada vez oimos más hablar de la temida soledad no deseada, como un plaga que esta afectando psicológicamente a las personas, y en especial, a las personas mayores. La ausencia de relaciones humanas satisfactorias es una amenza para la supervivencia del hombre, por lo que es necesario prestar gran atención al desarrollo social de las personas como individuos dentro de la sociedad. Parece necesario que aprendamos a establecer buenas relaciones de convivencia, a aprender a estableces nuevas relaciones y a conservar las amistades que tenemos, ya que los adelantos técnicos y las nuevas formas de relacionarnos a través de las nuevas tecnologías, nos están atrapando en una especie de laberinto de las relaciones superficiales. 

Las primeras amistades que haceos en el entorno escolar son parte de una cadena de siguientes experiencias de amistad que iremos creando a lo largo de la vida. Si bien en los primeros años de vida y en la juventud las amistades serán mayoritariamente con el grupo de iguales, podemos disfrutar y aprender de amistades con personas de mayor edad, en las que podemos percibir un sentimiento de mayor protección o mayor sabiduría. O compartir tiempo con amistades más jóvenes que nosotros, con los que disfrutar de juegos y momentos que nos trasladen a nuestra infancia, encontrándonos por unos momentos con el niño que todos llevamos dentro.

El deseo de los amigos a estar juntos les lleva a compartir intereses, aunque también es cierto que los que comparten los mismos interese tienden a forjar amistades. El hacer y disfrutar de las mismas cosas nos proporciona oportunidades para crear amistades. El tener los mismos intereses genera un proceso de identificación entre las personas que puede ser el origen de una amistad genuina, ya que nos resulta fácil simpatizar con el otro, compartir experiencias íntimas y privadas, compartir nuestros problemas, pedir consejo, confesarnos secretos, etc. Todo ello nos lleva a una aproximación más profunda con el otro, en la que dos personas pueden alcanzar un elevado grado de compenetración y complicidad. Las fuerzas dinámicas de cada individuo, es decir, sus necesidades, motivos e impulsos, son de gran utilidad a la hora de comprender el fenómeno de las relaciones de amistad.

Investigadores como Snygg y Combs afirman que la necesidad básica del hombre es la de preservar y acrecentar el yo, a lo que denominan la expansión del yo. La persona tiene la necesidad de preservar la organización e integridad de su yo, de tener unas creencias, ideales y valores propios, al mismo tiempo que de acrecentarlo en el ambiente, y que en este ambiente en el que se desenvuelve y crece, su sentimiento de conflicto sea lo menor posible. En este sentido encontramos también el concepto de personalidad extendida de Hart, según el cual el propósito de la vida es funcionar, adoptando como parte de nosotros mismos a las personas y las cosas con las que no relacionamos y funcionamos satisfactoriamente. La amistad, y el amor que la impregna, se puede considerar como un esfuerzo hacia la necesidad de las personas a acrecentar y expandir su yo.

La amistad podríamos decir que es una especie de simbiosis psicológica, un relación de cooperación entre dos personas. Sin duda, el ayudarnos los unos a los otros, nos lleva a relaciones de amistad. No limitándose esta simbiosis psicológica a dos personas, sino que puede darse entre varias personas, con diferentes grados de simbiosis. Tampoco el equilibrio en una amistad será siempre un igual grado de cooperación, lo que yo ofrezca al otro en la relación puede no ser igual que lo que el otro me ofrezca a mí. Normalmente no buscamos en nuestras amistades aquello que ya tenemos, sino aquello de lo que carecemos, algo que podríamos denominar complementación simbiótica.

Las personas tenemos ciertas necesidades psicológicas en común, y otras que son individuales y particulares. Además las necesidades de cada persona serán diferentes en calidad e intensidad. En unos dominarán unas necesidades y en otros otras, que variarán también en función del momento evolutivo, o las circunstancias concretas de nuestra vida en ese momento.  Una relación de amistad puede satisfacer las necesidades en cada individuo, de forma diferente, por lo que los amigos  satisfarán de forma diferente sus necesidades en su asociación.

A modo de conclusión podemos decir que la amistad es una relación a través de la cual la persona, de una forma en gran parte inconsciente, busca satisfacer ciertas necesidades, al mismo tiempo que satisface las del otro. Siendo la selección de nuestras amistades, en la mayoría de los casos, un proceso inconsciente e irracional.

“El deseo de ser amigos es un trabajo rápido, pero la amistad es una fruta de maduración lenta.”
Aristóteles
Filósofo Griego