¿Qué es la autoestima?

Si bien podemos encontrar en la literatura tantas formas de definir la autoestima como personas intentan definirla, para hacerlo sencillo diremos que la autoestima se refiere a la valoración positiva o negativa que hacemos de nosotros mismos. Es la medida en que nos sentimos capaces para la vida, para satisfacer nuestras propias necesidades para sentirnos competentes y afrontar los retos de nuestras vidas y también la medida en que nos sentimos merecedores de felicidad. Un sentimiento que depende de lo que nos proponemos ser y hacer, y del éxito que percibimos que hemos logrado en nuestros intentos por conseguirlo. La palabra autoestima está muy vinculada a otros términos similares como autoconcepto, autoajuste, autovaloración, autoceptación, autoimagen, siendo en ocasiones complicado determinar las fronteras entre ellas, y usándose en ocasiones de forma indistinta para hacer referencia al concepto positivo, o negativo que uno tiene de sí mismo, según unas cualidades que la persona se atribuye a sí misma. 

Por lo tanto la autoestima tiene mucho que ver con el conocimiento personal y está muy presente en a lo largo de nuestras vidas, siendo de vital importancia las relaciones tempranas de afecto entre padres e hijos para alcanzar una configuración de autoestima saludable, lo que hoy en día se conoce en psicología como “apego seguro” entre el niño y las personas encargadas de cu cuidado. El desarrollo de un vínculo seguro en los primeros años de su vida permitirá al niño aprender a confiar además de en sus padres en sí mismo. Si sus padres han sido sensitivos y respondido a sus necesidades, el niño interiorizará una imagen de sí mismo de persona valiosa que merece su atención.

La autoestima nos acompaña a lo largo de toda nuestra trayectoria vital, afectando a todo aquello que vivimos. Podemos considerarlo como un rasgo muy vinculado a nuestra personalidad, que acompaña a todas nuestra decisiones, que no es estable, consistente ni fiable, ya que depende mucho de factores contextuales y de nuestro desarrollo autobiográfico. Muchos problemas psicológicos tienen su origen en una falta de autoestima, dando lugar a ansiedad, estrés, depresión, inseguridad, etc., pero también tenemos la posibilidad de adquirir habilidades para mejorar nuestra autoestima y evitar los problemas psicológicos.

A lo largo de nuestra vida pasaremos por diferentes situaciones y viviremos experiencias que pueden hacer tambalear nuestra autoestima. En función de la forma en que percibimos nuestra vida, de la autoestima que hayamos construido en nuestra infancia, de nuestra historia biográfica personal, de los aciertos y los errores, de los éxitos y los fracasos, de las victorias y las derrotas vividas, nuestra autoestima será más o menos buena. Todos estos factores se entretejen entre sí y resultan en lo que conocemos como biografía personal. Nos sentiremos mejor o peor con nosotros mismos en función de como valoremos nuestra habilidad en todas esas interacciones, según la relación que establezcamos entre nuestras pretensiones y nuestro éxito.